En una de mis tantas vueltas por la ciudad, voy a parar a un descampado, y noto algo raro, ahí en la tierra. Hay personas que no pueden con su curiosidad, yo soy una de ellas. Empiezo a cavar.
Luego de arduas horas de pala en mano y sudor en frente, cuando casi entro parado dentro del pozo, encuentro unos huesos pequeños. El encontrar algo me da más fuerzas para seguir cavando. Al terminar el día tengo un esquelecto humano casi completo, tambien hay una cajita, tiene unas cositas y unos papeles. Y entonces comienzo la investigación.
Las cositas eran solo algunas chucherías, y los papeles no tan interesantes como para que los comente aquí, por lo que salto directamente al resultado de revisar entre estas cosas: Una dirección, es un galpón. No puedo quedarme con la intriga, tengo que ir a ver que ha ocurrido con esta muerta (también descubrí que es mujer).
Ya en este galpón, veo que es un taller mecánico, con extensión a una pequeña oficina, a la cual ingreso directamente. Sentado sobre la mesa, hay un hombre de unos 60 ó 70 años, de barba, anteojos pesados, y una importante pelada.
-Te estaba esperando- pronuncia en tono de reproche, y sigue hablando - Cuarenta años ya pasaron... Que vergüenza... - Sigue hablando, en voz baja, una mezcla de refunfuñeo y balbuceo.
-Pero de todos modos lo descubrí!- digo en tono eufórico. Y lo que me dijo posteriormente me sacudió de tal manera que aún siguen sonando sus palabras en mi cabeza. Lo que Él dijo fue:
-Yo quería hacer algo malo, y demostrarle al mundo que los malos pierden, pero por lo visto, nada ha pasado. Esto es un error. El mundo está al revés. Me salí con la mía y fracasasé al mismo tiempo...
Entonces me despierto y voy a comprar facturas.
16.5.06
Viejos bandidos.
Said By:
Y.
| At:
9:40 p.m.
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