Hacía mucho que no me sentaba a... escribir. Parece como si entre más caos, más cosas quiero escribir. Pero el caos requiere, cada cierto tiempo, un mínimo de orden para que todo no se vaya al garete. Y con la venida del orden, las ansias de escribir y relatar los sucesos mágicos que rodean a mi vida se desvanecen, como si ellos nunca hubieran sido reales. Como si aquella sensación no fuera más que una quimera. Pero no he de rendirme, la fantasía está ahí donde la realidad flaquea, en el caos.
Al reordenar mis anécdotas, al reencontrar las grietas de mi imagen, a veces y solo en ocasiones especiales, puedo ver una parte del Otro. Pero es como el unicornio: Esquivo y veloz. Ni bien lo avisto, huye, parece imposible atraparlo. Es cierto cuando digo que lo he visto. Sí, lo he visto, más que la mayoría de los de nuestra raza. Pero entre los que saben cómo es, soy el menos calificado para describirlo.
Del vago boceto que queda en mi memoria, solo puedo precisar esquemáticamente el conjunto de sensaciones que se agolpan en mi alma cada vez que lo diviso. Todas son intensas, aunque su naturaleza es difícil de identificar. Deformadas bajo lo fantástico, encuentro asombro, parálisis, sangre, velocidad, contemplación, paz, sed, deseo, furia, amor. Su fuerza no es superada por nada que yo haya conocido. Su influencia despoja mi vida de su santo refugio, la cordura y el análisis racional, y luego la hace caer en los áridos y desolados campos de la locura.
Una vez realizado el cambio solo queda tratar de seguir las pistas que me regresen a mi santo refugio. Pero el camino de regreso está plagado de sirenas que buscan despojarme de mi ser, seduciéndome con sus cantos y con su presencia. No pocas veces he sido tentado de continuar en la senda del no-retorno, no pocas veces he vuelto a mi santuario herido de muerte, golpeado en lo más hondo de mi ser. Pero de aquellas sirenas a las que visité, todavía conservo algunas melodías, algunas imágenes, algunos relatos.
Muchas veces me he preguntado por qué soy un artista sin arte. Por qué en mi alma hay cosas que poseo, pero que no puedo evocar con claridad. Por qué, solo esa pregunta se escucha en mis oídos, una y otra vez.
12.5.07
The return of the Other
Said By:
Y.
| At:
5:34 p.m.
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1 comentario:
"Muchas veces me he preguntado por qué soy un artista sin arte. Por qué en mi alma hay cosas que poseo, pero que no puedo evocar con claridad. Por qué, solo esa pregunta se escucha en mis oídos, una y otra vez."
Wow, brother, iba a escribir hace un tiempo algo muy parecido a eso, me pasa lo mismo. Es por eso (y por varias cosas mas) que huyo de la ciudad en unas horas para buscar inspiración. Siempre que viajo vuelvo con mucho material que suelo leer tiempo después y no reconozco mi propia escritura. Es muy bueno cuando eso te pasa.
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