Augur

(Pero en qué carajos estaba pensando? Yo SI, repito, SI tengo el método.)

Buenos días. Espero que los aquí presentes no deseen irse en medio de la exposición. Si así lo desean, pueden suspender su lectura aquí mismo, y nadie los apaleará por ello. Aunque Sería todo un despropósito. Pero si están aquí, por algo será, algo más que por lo que ustedes creen. No es cuestión de ir por ahí en la vida como una bolsa que se arremolina frente a corrientes de aire, no señores, nada de eso. Quiero hablarles de alguien que está a mi lado desde mi despertar, aunque no en el sentido terrenal de la palabra. Alguien que a más de uno de los presentes (que de aquí los veo) le ha aconsejado y descrito rutas de viaje por los caminos laberínticos del destino. Después de todo, ¿Cuándo fue la última vez que me ha fallado? Ya les diré la respuesta: Nunca. Cuanto mucho, señores, me dijo que no estaba segura. Y yo entonces no pude contar con ella para eso. Pero no es que me abandone ni nada por el estilo, es su naturaleza ("solo seremos lo que somos y deberemos ser, hasta que dejemos de serlo". Aunque en idioma original suene mejor, creo que no pierde todo el significado). No podemos contar con LA solución. ¿No les parecería aburrido acaso? Me gustaría que siguieran su consejo, ella no será sabia, pero sabe más cosas de lo que muchos creen. Y cree que si están oyendo esto, es por algo. Veo que hay muchas caras desconcertadas entre ustedes, pero no les perdonaré que no sepan de qué estoy hablando. Después de todo, auditorio mío, uno oye lo que esta preparado a oír, no puedo torcer sus destinos, sino cuanto mucho enderezarlos.

Pero les adelanto una parábola, déjenme advertirles que no es como la que trazan los objetos al ser arrojados, sino más bien como una de esas que sólo algunos piensan y otros olvidan, mientras que los que no miran al sol se esclavizan bajo la omnipotencia de las letras. Os digo, de veras os digo, que hay que prestarle más atención a las piedras. Ellas nos dicen muchas cosas, las mayoría son ásperas, hay algunas pulidas y correctas, y otras talladas que se deforman. Pero hay unas en particular que la gente confunde con facilidad, y son las facetadas. Pero me dirán, "No señor, no nos podemos confundir!" Y yo os diré "Si, si lo hacen, más de lo que parpadean" Porque la piedra no es el brillo, no es la faceta, la piedra es algo más, y aquellos que solo dejan recibir el brillo de uno de sus lados, pues entonces jamás la conocerán. Y así señores, he de concluir, y espero que sueñen con ello, y el sueño, os ilumine.