12.10.07

Fragmento del último aliento a café que espera una bocanada de humo.

Es fácil, demasiado fácil decir "no puedo", decir "a mí no me sale". Pero todavía hay algunos idiotas que lo intentamos. Y el día, el día menos pensado, llegaremos, un poco de perseverantes y otro poco de cabeza-duras. Un poco de idiotas y otro poco de genios. Supongo que no se sabrá bien qué queríamos hacer. Y mucho menos se sabrá nuestro porqué. Pero todo eso no hace que nos detengamos.

Ahora, para todos aquellos que disfrutan de su sillón espeso, de su cama profundamente acolchonada, de ese respiro tan necesario como el beso de la última dama, les debería contar algo. Y acá el deber se confunde con el placer.

Me gustaría, más allá de la razón (como la mitad de las cosas que digo) hacer muchas veces como ustedes. Aunque todavía no entiendo la razón (si es que hay alguna), les falta algo en la mirada, ese pequeñísimo brillo cómplice. Si fueran un poco más fuertes, en el sentido del individualismo feroz que a veces nos ataca, creo que lo entenderían. Pero como ya creí haberles dicho, ustedes no son nosotros, ni deberían de serlo, ya que su papel justifica el nuestro, y viceversa. Después de todo, no quiero conscientizarlos de su absurda posición, y de las ventajas que nos brinda el cabezadurismo idiota y la fuerza de la sinrazón, ya que ese papel de promulgadores de fe ya les corresponde a ustedes, los que llevan a los hogares del mundo electrodomésticos inútiles y libros efímeros, mangueras que se guardan solas y botitas para bebés, pancartas sin contenido y sexo aburrido.

"Fragmento del aliento a café seguido de una bocanada de humo. Esperando a un colectivo que no existe, en el lugar menos pensado."

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