Ojos

No puede ser que no pueda escribir de modo coherente. Y no es que no sufra, como se argumentaba en otra época. ¿Qué es lo que quiero decir? Tal vez solo sean confusiones, tal vez ya esté muriendo en mi mente. Tal vez, todo estos años vayan a terminar en la nada. La desazón de ver los sueños rotos, y el conocimiento de que todo esto, verdaderamente, no sirvió para nada.

No nos engañemos, dejemos de buscar sentido a aquello que nunca lo va a tener, solo nos conformamos cuando sabemos para que es tal o cual cosa. Pero así no va. Estamos encerrados. Si, encerrados en la cúpula de cristal, en la burbuja de los sueños, en el jardín de los muertos. No busco que me entiendan, sino que sientan. Ya se que no van a entender, y no es un defecto suyo, sino mío.

El sentir no tiene que ver con mi boca, no tiene que ver con mis brazos, sino con el vidrio. El vidrio, si. Y aquella pequeña parte que está más allá de él. No, te has pasado amigo. Si tan solo entendieras. No, ya dije que no deberías pensar así. ¿Que me estoy equivocando? Ok, cosa tuya. pero cuidado hacia donde apunta tu espalda. Traidor.

Solo quise sacarle los ojos, tirar de ellos, apretarlos con una pinza hasta que explotaran, bañarlos en vinagre, secarlos con sal y ponerlos de nuevo en sus órbitas. Pero al parecer alguien ya había hecho lo mismo con su alma. Ya no hacía falta tal castigo. Su alma estaba tan perdida, tan oscura, que no hacía falta moverse.