Deseo 2

Dicen, que el Deseo y la Felicidad marchan por caminos opuestos. Y en líneas paralelas, tú sabes. Una vez le pregunté a todos los objetos inanimados que conocía, si aquella proposición era cierta. La mayoría no me respondió. El único que lo hizo fue el teléfono, que me dijo "Tu, tu, tu, tu..."
Al principio, lo tomé por idiota. Es que nunca dice nada interesante, a veces incluso se burla de mis familiares y amigos, imitando su voz. Al principio, le sigo el juego, pero después me nace en la boca del estómago una sensación rara. Primero esa sensación cae y juega en mi planta del pie, para subir y subir, hasta escapar por mi boca. Y ahí se arruina todo, le digo, le grito que no me engañe, que ya sé que es él, que no es gracioso decirme que se murió la tía Loli. Que pare, que no haga como que mi hermana llora. BASTA! BASTA BASTA! Y ahí nomás lo tiro contra la pared. Digo, no puede ser que me haga estas cosas. La cama también, cuando me acomodo para dormir, cruje como si se quejara de mi movimiento, como si estuviera perturbando su sueño. Digo, el que sale a trabajar soy yo! No voy a dejar que esta vaga, que está tirada todo el día (o por lo menos cuando yo estoy) se queje de que no la dejo dormir!... Perdón, me fui de tema.
Lo que quería decirles, es que quizás el deseo no vaya del lado de la felicidad. De las muchas explicaciones que me dieron (no el teléfono, porque es un idiota) puedo sacar algunas conclusiones. El deseo es parte de una ruta, y la felicidad es comerse un choripan al lado de la ruta. O el deseo es una falta, y la felicidad es la completud. O cuando te vas a dormir, sos feliz, hasta que la cama cruje y deseas que no lo haga.
Y podría seguir así por días, pero lo que les quería decir, lo más importante, tiene que ver con dejar de pensar en perritos y gatitos, los mapaches suelen ser bichos divertidos. Y por sobre todas las cosas, eviten dar una cantidad de pasos par mientras llevan sombrero.