18.7.08

Sobre la levedad y el peso

(basado en mi reproducción mental de "La insoportable levedad del ser", de Kundera)

Según un filósofo griego, la vida se configura de polos de opuestos, de los cuales uno es visto como positivo y otro negativo. Por ejemplo, luz-oscuridad, calor-frio, etc. Ya hubo un primer problema para identificar el polo positivo de peso-levedad: tanto uno como otro son trágicos. Empecemos por la levedad, que es más fácil.
Si nos levantamos una mañana, y al lavarnos los dientes, damos un paso atrás y otro hacia adelante, estamos ante una acción (aparentemente) sin consecuencias. Y una acción sin consecuencias, ¿qué es? Si la misma gracia de las acciones es traer consecuencias, cambios. Ahora ampliamos un poco más el ejemplo: en lugar de dar dos pasos, nos morimos. Pasa el tiempo y no hay consecuencias a gran escala. Pasan 5, 10, 20, 60 años, y nuestra existencia fue insignificante. Lo que pasa una sola vez es como si no pasara nunca. Si lo que hacemos no se repite, si no tiene importancia, si no tiene sentido, entonces da lo mismo hacerlo que no hacerlo.
Por el otro lado, voy a citar horriblemente a Nietzsche y su eterno retorno. Pongamos por caso de que algo se repite eternamente. Ya no es algo leve, es más bien pesado. trae un loop de consecuencias: ya que haya pasado una vez condena a que se repita infinitas veces. Por lo tanto, si todo lo que hacemos se va a repetir eternamente, y tiene más sentido y más peso del que le creemos (incluso ese paso hacia atrás y ese otro hacia adelante pueden ser de importancia; podríamos hasta morir al darlos) tenemos que cuidarnos de lo que hacemos.

De la insignificancia a todo el peso del eterno retorno. De la cuestión vacía, y el vivir sin siquiera pensarlo, a la neurosis obsesiva, de creer que nuestros más mínimos gestos van a cambiar el futuro, que cada paso que demos y cada cosa que digamos tiene que estar controlada. Que cual de éstas es la positiva, no sabría decirlo. ¿Importa?

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Se despertó.

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